¿Puede otra empresa usar tu marca? El principio de especialidad que impulsa la competencia
Por: Rafael Amador Espinosa
¿Significa el fin de tu marca? En realidad, la ley de propiedad industrial tiene una sorpresa: el principio de especialidad permite que incluso marcas idénticas convivan legalmente en distintos sectores, abriendo oportunidades de mercado en lugar de cerrarlas.
El principio de especialidad en las marcas: ¿de qué se trata?
En el mundo de las marcas registradas, no todo es exclusividad absoluta. El principio de especialidad establece que la protección de una marca está limitada a los productos o servicios específicos para los cuales fue registrada.
En otras palabras, registrar una marca otorga derechos de uso exclusivo solo dentro de la categoría o giro comercial correspondiente, según la Clasificación de Niza adoptada en la ley mexicana.
La ley no concede un monopolio universal sobre un nombre o logo: una empresa no puede pretender bloquear ese nombre en todas las industrias de forma genérica.
Por el contrario, otra persona podría registrar y usar legítimamente la misma marca (o una similar) para distinguir productos o servicios de una clase diferente, sin invadir los derechos del titular original.
Este principio fundamental —junto al principio de territorialidad (protección país por país)— es un pilar del sistema marcario a nivel internacional. Dicho de forma sencilla: tus derechos de marca no son absolutos ni se extienden a todos los rubros, sino solo a aquellos en los que compites.
Esto fomenta una competencia justa y abierta, pues impide que una empresa acapare un término en ámbitos donde no lo utiliza. Además, obliga a los emprendedores a definir con precisión el campo de protección de su marca al registrarla, pensando estratégicamente en qué mercados actuales (y futuros) quieren resguardarla.
Más competidores, mercados más abiertos
El principio de especialidad tiene un efecto pro-competencia claro: abre la puerta a más participantes en el mercado. Bajo esta regla, dos o más empresas pueden coexistir con marcas idénticas o parecidas siempre que sus productos o servicios no sean iguales ni pertenezcan al mismo sector comercial.
Por ejemplo, una compañía de software y una cadena de restaurantes podrían registrar y usar el mismo nombre sin infringir la ley, dado que sus giros no se traslapan ni generan confusión en el consumidor.
Pensemos en lo que esto implica para los negocios emergentes: elegir un nombre de marca fuerte es menos complicado cuando sabes que no tienes que competir contra todos los usos posibles del término, solo evitar choques dentro de tu propio ramo.
Mientras sus productos o servicios sean distintos y no haya riesgo de confusión del público, la ley respalda esa convivencia pacífica de marcas. En síntesis, la especialidad equilibra la protección al titular con la libertad comercial de los demás.
La excepción: marcas notorias o famosas
Ahora bien, esta apertura tiene sus límites. La excepción más notable son las marcas notorias o famosas. Cuando una marca adquiere renombre elevado reconocido por el IMPI —piensa en Coca-Cola o Nike— su protección trasciende su categoría original.
La ley prohíbe que terceros registren esa marca (o una muy similar) aunque sea en clases distintas, dado que el público podría ser engañado o la reputación diluida.
En México, está expresamente vedado que alguien más registre una marca declarada famosa o notoriamente conocida por el IMPI, sin importar la clase.
Casos reales: cuando dos marcas conviven sin conflicto
Un ejemplo emblemático en México es la marca “Corona”. Muchos la asocian a la cerveza, ¿pero sabías que también existe “Corona” para jamones (clase 29) y “Corona” para cerveza (clase 32)? Ambas coexisten legalmente porque cada una opera en mercados distintos.
Otro caso internacional es la disputa Apple vs. Apple. En los años 80, Apple Corps (discográfica de The Beatles) y Apple Computer (tecnología) chocaron por el uso del nombre. La solución fue un acuerdo basado en la especialidad: cada Apple se comprometió a no invadir el giro del otro.
También es común ver ejemplos como Delta (aerolínea y grifos de plomería) o Polo (ropa y automóviles). Funcionan porque el público no espera relación alguna entre esos productos.
Claves para las empresas: proteger y aprovechar tu marca
1.Estrategia de registro
Define con claridad en qué clases de Niza necesitas proteger tu marca (ej. clase 25 ropa, clase 43 restauración). Si planeas diversificar, registra en giros adicionales desde ahora.
2.Vigilancia competitiva
No entres en pánico si ves otra marca igual en una industria distinta. Evalúa si realmente hay traslape. Solo si invade tu sector o causa confusión podrás actuar legalmente.
3.Excepciones famosas
Si tu marca gana gran fama, puedes aspirar a una declaratoria de notoria o famosa para ampliar protección. Pero evita elegir nombres similares a marcas globalmente reconocidas.
Conclusión
El principio de especialidad es un gran aliado de la competencia y de los emprendedores. Permite que más jugadores entren al mercado con sus marcas, a la vez que cada titular conserva sus derechos en su terreno.
Como empresarios, entender esta regla nos ayuda a diseñar mejores estrategias de branding: podemos coexistir con otros, siempre que definamos bien nuestro nicho.
Y si tu aspiración es que tu marca sea la próxima gigante reconocida en todos los rincones, empieza por dominar tu categoría y expandir tu registro conforme creces.
Autor:
Juan Rafael Amador Espinosa
Asociado Senior / Senior Associate
RAMOS, RIPOLL & SCHUSTER®
Fuentes consultadas:
- Principios rectores en la Ley de Propiedad Industrial – vadillo-king.com
- Criterios de coexistencia de marcas en México – abogacia.mx
- Caso Apple Corps vs. Apple Inc. – es.wikipedia.org
- Definiciones doctrinales sobre el principio de especialidad