¿Cómo usar la Inteligencia Artificial en mi empresa?

Inteligencia artificial
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Por: Dr. Ricardo Arechavala Vargas

Las aplicaciones de IA generativa irrumpieron en nuestra sociedad intempestivamente. Han crecido en variedad y accesibilidad exponencialmente.

Pero algo de lo que pocos se percatan es que sus capacidades siguen creciendo en diversidad y profundidad, prácticamente sin descanso.

A todos nos sorprendió lo que chatbots como GPT parecen “saber” (OJO: énfasis en “parecen”). Prácticamente no hay pregunta que no puedan contestar. Y lo hacen afirmando las cosas en el estilo de alguien que tiene completa certeza en lo que dice.

Entre quienes usan con frecuencia cualquiera de los chatbots, son pocos los que se percatan de que no todo lo que afirman es verdad. Sus propios creadores sostienen que estas alucinaciones no son un defecto, sino un “atributo” de la IA. Sólo se aseguran de desplegar, en alguna parte de la página, leyendas por el estilo de: “La IA puede cometer errores. Verifica la información.”

El lenguaje que usan, por diseño, sin embargo, es altamente convincente. Están hechos para generar ese tipo de texto. El usuario rápidamente olvida esa leyenda, y da por hecho que lo que el chatbot responde es verdad.

Este punto es mucho más trascendente, y puede tener consecuencias nefastas para los usuarios. No podemos ampliar mucho el tema en este blog, pero probablemente podamos volver sobre esto en una edición posterior, pues tiene serias implicaciones para quienes usan la IA en la empresa.

En este momento, sin embargo, nos interesa llamar la atención sobre las crecientes capacidades que los grandes modelos de lenguaje están desarrollando, y sobre las aplicaciones que pueden tener en la empresa.

Inicialmente, las capacidades fueron simplemente de “generar texto”, prediciendo la palabra más probable en una oración, a partir del entrenamiento que se les ha dado (cientos de miles de millones de parámetros, o fragmentos de texto). Pueden “conversar” de manera fluida y convincente sobre cualquier tema (la famosa prueba de Turing).

A partir de eso, los chatbots pueden resumir un texto, extraer notas de una reunión, escribir poesía o cuentos de misterio, o bien extraer texto que responde a preguntas sobre alguna especialidad, de manera muy convincente.

Más recientemente, y en el contexto empresarial, los chatbots pueden sostener conversaciones con clientes para asistir en una venta, para dar servicio postventa, para atender quejas, para levantar pedidos, para informar sobre productos, etc.

Pueden generar contenidos para campañas de ventas o diseñar estrategias para introducir nuevos productos. Pueden escribir contenidos para ser usados en redes sociales o preparar presentaciones y reportes sobre el tema que se les pida. Pueden extraer para nosotros información clave (si es pública) sobre las estrategias de nuestra competencia o sobre las políticas de proveeduría de empresas que consideramos como posibles clientes. Pueden analizar nuestras preferencias y recomendar productos. La IA puede incluso operar muy productivamente como mentor de la alta dirección en la toma de decisiones.

… y MUCHAS cosas más, que por falta de espacio no podemos mencionar aquí. Sin contar las que se van descubriendo y desarrollando cada día.

A todas estas posibles aplicaciones se les conoce técnicamente como “casos de uso”.

El límite es la imaginación, y la habilidad que tengamos para utilizar la ingeniería de indicaciones, también conocida como “ingeniería de prompts”.

Como algunos afirman, la IA es como la electricidad. Puede usarse para lo que uno quiera.

…PERO HAY QUE SABER HACERLO.

Si no sabe uno hacerlo, corre el riesgo de que la aplicación fracase: que la luz no prenda, que la resistencia no caliente, que el motor eléctrico no funcione o se sobrecaliente, o que nos quememos los dedos con los cables, por ejemplo.

La IA generativa es capaz de contestarnos bien casi cualquier cosa…, si sabemos darle la indicación correcta.

Si le preguntamos “lo que sea”, pues nos contestará “lo que sea”. Pero eso sí, en tono convincente y zalamero.

Si queremos un eslogan para motivar al personal de la empresa, nos puede dar veinte en menos de veinte segundos. Pero si le decimos con precisión el perfil de la empresa, las actividades del personal, las presiones a las que están sometidos, la dinámica que tienen las labores en la empresa, y muchos otros elementos más específicos, la respuesta será mucho mejor, más válida y útil.

Hay muchas técnicas de “ingeniería de indicaciones”, que podemos usar para que los resultados que nos genera la IA realmente respondan a lo que necesitamos.

Porque hay algunas cosas que se hacen cada vez más evidentes en el uso de la IA en el mundo empresarial:

  • No todos los proyectos de IA que se emprenden tienen retorno positivo a la inversión.
  • Cada empresa debe inventar y seleccionar con cuidado los “casos de uso” de IA que mejor le convienen.
  • Hay que capacitar y facultar a todo el personal para hacerlo, pero debe ser abanderado por la alta dirección.
  • La curva de aprendizaje es larga.
  • Pero todas las empresas que no han empezado a utilizarla ya están perdiendo terreno.



Dr. Ricardo Arechavala Vargas

Director

Observatorio Tecnológico de Jalisco

Laboratorio de Inteligencia Artificial (LABINAR)

Universidad de Guadalajara


LinkedIn: https://www.linkedin.com/company/labinar

Facebook: https://www.facebook.com/labinar.ia.udg

Instagram: @labinar.ia.udg

https://observatoriotecnologico.org.mx/labinar/


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